Introducción. IIª TeRTuLiA SaNiTaRiA.



GESTIÓN BASADA EN LA EVIDENCIA

 Desde que en 1992 se publicara en la revista JAMA el artículo titulado: Evidence-based medicine. A new approach to teaching the practice of medicine, se iniciaba la difusión de un nuevo enfoque para la práctica de la medicina. Este trabajo proponía un cambio en el modelo y el ejercicio de la medicina, y formulaba el ideario del movimiento.
 La Medicina Basada en la Evidencia dio solidez a aquellos criterios clínicos que, objetivamente, eran refrendados por la literatura científica.
 Desde entonces, los médicos y demás profesionales de la salud nos esforzamos por respaldar nuestras decisiones clínicas con argumentos científicos. Para ello, ante cualquier decisión clínica, valoramos la situación particular de nuestro paciente, nos formulamos preguntas, hacemos una lectura crítica de lo que hay publicado, asumimos los efectos inmediatos y los efectos secundarios de nuestras medidas, analizamos el resultado de nuestras intervenciones y rendimos cuentas ante nuestros pacientes y ante nuestros compañeros de nuestras decisiones. Hoy en día, no se concibe otro marco dentro de la buena práctica clínica que no sea el de la medicina basada en la evidencia y a los profesionales se nos exige ese rigor.
  Pero todo este circuito de pensamiento crítico, eficiencia y profesionalidad que permite avanzar en la medicina y enfocarla en fines de calidad asistencial, desaparece cuando el foco se traslada de los profesionales a los directivos y gestores. Entonces, las decisiones dejan de tener ningún arraigo científico ni ninguna evidencia que las sustente. En los objetivos de nuestros órganos de gobierno prima la cantidad sobre la calidad y su gestión se limita a buscar la eficiencia de los números y no la verdadera eficiencia, la que relaciona el gasto con los resultados clínicos. Todo ello se hace sin criterios objetivos y transparentes y sin rendir cuentas ni justificar la toma de ninguna decisión, lo que hace que todo el trabajo sustentado desde abajo con rigor y profesionalidad se vea frustrado desde arriba con decisiones arbitrarias y carentes de fundamentos clínicos.

¿Sería posible trasladar el concepto de Medicina Basada en la Evidencia a las prácticas gestoras de nuestros órganos directivos y gestores?

¿Sería posible una verdadera Gestión  Basada en la Evidencia?

 En esta tertulia, debatiremos sobre cómo trasladar este concepto a nuestros  órganos de gobierno y trazaremos el ideario de las propuestas prácticas  que, como profesionales que trabajamos bajo ese rigor y esa seriedad profesional, exigimos a nuestros directivos y gestores para que se cumplan los principios de trasparencia, objetividad y eficiencia.
 Profesionalidad en la gestión, rendición de cuentas, reevaluación de los cargos, transparencia,  despolitización, independencia en la valoración de la calidad, etc… Marcaremos las líneas rojas que nunca debimos haber dejado que se traspasaran y que como profesionales preocupados por nuestra sanidad exigiremos que se cumplan.

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